41 El año 170 quedó Israel libre del yugo de los gentiles
42 y el pueblo comenzó a escribir en las actas y contratos: «En el año
primero de Simón, gran sumo sacerdote, estratega y hegumeno de los
judíos.
43 Por aquellos días puso cerco Simón a Gázara y la rodeó con sus
tropas. Construyó una torre móvil que acercó a la ciudad y abriendo brecha
en un baluarte, lo tomó.
44 Saltaron los de la torre a la ciudad y se produjo en ella gran
agitación.
45 Los habitantes, rasgados los vestidos, subieron a la muralla con
sus mujeres e hijos y pidieron a grandes gritos a Simón que les
diese la
mano.
46 «No nos trates, le decían, según nuestras maldades, sino según tu
misericordia.»
47 Simón se reconcilió con ellos y no les atacó, pero les echó de la
ciudad y mandó purificar las casas en que había ídolos. Entonces entró en
ella con himnos y bendiciones.
48 Echó de ella toda impureza, estableció en ella hombres
observantes de la Ley, la fortificó y se construyó en ella para
sí una
residencia.
49 Los de la Ciudadela de Jerusalén se veían imposibilitados de entrar
y salir por la región, de comprar y de vender. Sufrían grave
escasez y
bastantes de ellos habían perecido de hambre.
50 Clamaron a Simón que hiciera con ellos la paz y Simón se lo
concedió. Les echó de allí y purificó de inmundicias la Ciudadela.
51 Entraron en ella el día veintitrés del segundo mes del año 171 con
aclamaciones y ramos de palma, con liras, címbalos y arpas, con himnos y
cantos, porque un gran enemigo había sido vencido y expulsado de Israel.
52 Simón dispuso que este día se celebrara con júbilo cada año.
Fortificó el monte del Templo que está al lado de la Ciudadela y habitó allí
con los suyos.